Recuerdo.

Que recuerdo tan bonito vaga por mi mente, tan importante es éste que lo relaciono con el dulce aroma de tu piel, la suavidad de esta y acto seguido tu mirada, esa mirada que me ENLOQUECE, que hace que suba al cielo y pasee con los ángeles.

Ese recuerdo, tú tumbada a mi lado, muy pegada a mi, con la cabeza apoyada en mi pecho, relajada, sonriendo, tan preciosa como siempre, los susurros con un TE QUIERO... Dios, enloquezco.

Dime, pequeña.

Y dime pequeña, ¿qué puedo hacer yo con esa sonrisa tan bella? ¿Qué puedo hacer yo para dejar de evadirme del mundo cada vez que tú me miras? Sinceramente no quiero dejar de evadirme, quiero perderme contigo, en tu mundo, ese mundo mágico y sereno que me brindas con cada mirada, cada sonrisa, cada beso...
No hay mejor sensación que la de perderse en tus ojos, en tu cuerpo.

Locura que da cordura.

Dijeron y dicen muchos que lo nuestro es una locura, pues bien, la vida sin locuras no es vida y por tanto me declaro demente. Pero no loca porque si, No! Yo me declaro loca por tu sonrisa de primera hora de la mañana, de tus "5 minutos más", de tus besos de buenos días, de tu forma de abrazarme para que duerma apoyada en tu pecho, de tus besos en la frente, de tus buenas noches mi vida y de tus buenos días amor.
De tu mirada, esa que hace que cada espacio de mi ser se conmueva haciéndome sentir miles de cosas que hacía tanto tiempo que en mi habían muerto. Tú, soplo de vida en mi, eso eres, mi soplo de vida, mi niña, mi pequeña, mi cosita, mi vida, mi preciosa, mi princesa, mi hoyuelitos, mi ricitos, MI AMOR.